martes, 12 de mayo de 2009

Festival de Lima 2008 Continúa la búsqueda de su propio-ser

Entre Festival y Encuentro latinoamericano, entre las propuestas seguras y arriesgar con lo más vanguardista
“Leonera” film argentino de Pablo Trapero, fue la justa triunfadora


Como desde hace cada doce años, se celebró el Festival de Lima, Encuentro Latinoamericano de Cine, organizado por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en su duodécima edición contó como Jurado de la Sección Oficial de Ficción con el novelista Mario Vargas Llosa, quien recibió una serie de homenajes de parte de la organización; la presencia de Vargas Llosa, sin duda responde a su convocatoria mediática, más que por su logros cinematográficos, los cuales adolece. Otro invitado, en esta edición fue el país de Alemania, en una muestra paralela, donde se proyectaron 14 de lo más interesante de la filmografía teutona contemporánea, películas de Fatih Akin, Hans-Christian Schmid, entre otras, así como una función especial de “Berlin Alexanderplatz” de Rainer Werner Fassbinder.

Leonera rugió en Lima
La gran triunfadora de este Festival de Lima con cuatro premios fue una película Argentina (de ese país vino lo mejor de la selección, aunque “Cordero de Dios”, de Lucia Cedrón fue una de las grandes decepciones) “Leonera”, premio a mejor largometraje de Ficción, mejor fotografía, mejor guión y mejor actriz, del director argentino Pablo Trapero, recordado por “el Bonaerense”, nos da una visión femenina de una historia extrema, Julia, (interpretada por su esposa y productora Martina Gusman, quien fue elegida como mejor actriz, por una actuación superlativa), es una joven mujer que vive un drama intenso al ser recluida en un centro penitenciario acusada de homicidio, dentro de esta cárcel vivirá la espera del embarazo, será madre, así como tantas mujeres en el mundo, pero privada de su libertad. Considerar en “Leonera” la fotografía opresiva y recargada (de Guillermo Nieto) que confluyen, en esa mirada del director, Trapero, que con gran oficio nos introduce hacia la vida en aislamiento de la sociedad civil, de esa otra vida de hacinamiento en la hostilidad de un penal para mujeres; y esa lucha inquebrantable y feroz de una madre, para recuperar a su hijo con uñas y dientes. Una justa, segura y consensuada ganadora de este Festival limeño.

La tropa brasilera
Quien se llevó el Segundo Premio del Jurado de Ficción, fue la muy esperada y polémica “Tropa de Elite” de José Padilha, que se alzó del Oso de Oro, en la última Berlinale, acusada de ser una cinta de carácter fascista, Este film brasilero destaca sobretodo por su trepidante narración y la crudeza de sus imágenes, haciendo uso de un realismo extremo, de la violencia que se vive en la favelas de Río de Janeiro donde impera el narcotráfico y la corrupción. De Brasil también interesante, la propuesta Gustavo Spolidoro con su ópera prima “Ainda orangotangos”, con un casi plano secuencia de 80 minutos (realmente son dos de 40) que son solamente de un día común en cualquier metrópoli, en este caso la capital gaucha, Porto Alegre. Decepcionantes “Perro sin dueño” de Beto Brant y Renato Ciasca, al igual que “Mutum” de de Sandra Kogut.

Compromiso con estilo
“Los Bastardos” una de las mejores del festival, radical, impactante y contundente, ya Amat Escalante nos había desconcertado con “Sangre”, con una propuesta estética arriesgada, con esos extensos planos secuencia, y planos fijos, de encuadres expresivos y contemplativos, pero esta película no escandaliza por su violencia repentina sino por aguda mirada a la sociedad actual disociada y enajenada. Muy destacable “Lake Tahoe” de Fernando Eimbcke, con una narración correcta y minimalistica, pero gran expresividad en cada encuadre, en su aparente simpleza nos cuestiona, sin duda Eimbcke, sigue mostrando un gran talento superando lo hecho en “Temporada de Patos” el 2004, con esa agudeza para mirar el mundo de la adolescencia. Así como de México se ve un horizonte y una camino a seguir del cine latinomericano, en esta misma senda, pero en un sentido más extremo fueron sin duda, las propuestas de autor como, “Liverpool” Lisandro Alonso que vuelve con su misma temática inquietante, demostrando una coherencia, al igual que el chileno José Luis Torres Leiva luego de su documental “El tiempo que se queda” del 2007, está vez no ofreció mirada contemplativa de la naturaleza y la humanidad inexpresiva en “El Cielo, la tierra, la lluvia. “La mujer sin cabeza” de Lucrecia Martel, luego de su mal paso en Cannes este año con silbatina incluida, su acogida en Lima fue más benevolente, película que hay que entenderla con mesura. De Argentina no soslayar “La rabia” de Albetina Carri y “La sangre brota” de Pablo Fendrik, radicales y brutales, no acta para hipersusceptibles, realmente sorprendentes.

Rumbos efectistas desde el norte
De Colombia “Perro come perro” de Carlos Moreno y “Satanás” Andrés Baiz, cine efectista y hasta facilista, de genero, que crea empatía con el público; el cine del vecino del norte apunta a esa formula para ser cada vez más comercial, encarrilándose a la corriente de la industrialización cinematográfica, hoy tan hegemónica y avasalladora. Es la muestra de los caminos distintos entre sí del cine latinoamericano. Donde existe un cine proindustrial complaciente con el gusto masivo, pero por otra parte se realizan películas bastante exigentes, mas allá de todas estás implicancias es evidente hay progreso evidente del cine de esta parte del continente. De mayor valía la primera mencionada.

Lejos del cielo
El muy esperado regreso de Josué Méndez, luego “Días de Santiago”, producción que ha sido parte de la Competencia Internacional de Locarno, estará en el festival donostiarra de San Sebastián de este año; nos dejó con sabor a poco, a decepción, personalmente esperaba algo más de Méndez. “Dioses” es una historia que puede caer en el en el estereotipo, hasta en el ridículo, con un aire a Lombardi en un su versión más descomprometida, aunque con algunas secuencias cuasi-logradas especialmente sarcásticas. Pero en general “Dioses” nos es eficiente, es débil, es lánguida, es como su estética, luminosa y colorida, pero sin profundidad, sin intensidad en su visión de la “Clase Alta Limeña”; y además sin ser del todo contemplativa, como prometía el director. Méndez quedó en deuda, sin definir su posición, su búsqueda continuará.

¿Festival de Festivales?
Si bien es cierto, el nivel de las películas en competencia en general fue bastante alto a diferencia de otras ediciones, el triunfo de “Leonera” fue incuestionable y el Festival de Cine de Lima se consolida años tras años, pero un Festival de ser algo más, no sólo una selección de los mejores filmes que han pasado por los festivales más importantes, sino un espacio que también de cabida a nuevas propuestas, al cine experimental, donde se descubra talentos, donde se haga investigación, y de ese modo construir una personalidad. Pero con todo y eso, sigue siendo ese instante en el año en el que los que amamos el cine verdaderamente podemos respirar de la asfixiante opresión de los blockbuster. La presencia de directores como Trapero, Guerín, Escalante, Alonso, nos ponen efímeramente en la mirada del mundo del cinéfilo. Pero luego la vida sigue, las luces se apagan y volveremos a luchar como leones, esquivando penumbras que el mainstream of Hollywood nos quiere envolver, pero siempre hay una luz, como una antorcha que brilla en la oscuridad, hasta el próximo año Festival.

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