sábado, 30 de mayo de 2009

FESTIVAL DE CANNES 2009

HANEKE EXPERTO EN EL HORROR, MUESTRA DONDE VIVE EL MAL
El mal tiene lugar en Cannes después de “AntiChrist” de Lars von Trier, hay ahora dos puntos resaltantes en la Competencia: "Das weiße Band" de Michael Haneke y la excelente "À l'origine" de Xavier Giannoli. Y el director Haneke ("Funny Games") por primera vez ventila su secreto del origen de la violencia.

La gran discusión en Cannes alrededor de la pregunta, si tiene que estar una película alemana en la competencia o no, puede ser finalmente contemplado, aún cuando el director Michael Haneke es austriaco y la mitad del financiamiento proviene de Austria, Francia e Italia, Una película alemana como "Das weiße Band" será difícil de dejarse encontrar.

Esto no yace puramente sobre que él ha filmado en Alemania con actores alemanes. Esto es, exceptuando la versión cinematográfica “Das Schloß” de Kafka (“El Castillo”, 1997), la única película de Haneke, la cual no transcurre en la actualidad, sino en 1913-14, en los últimos meses de paz antes de la Primera Guerra Mundial.

Este gran exterminio de población no podría distanciarse tanto a la vida pacifica de un pueblo en el norte alemán de la profunda llanura. La cámara muestra en uno el contraste penetrante del blanco y negro en toda la tranquilidad de los campos ondulantes sobre un horizonte sin fin, en el pequeño pueblo, donde no hay ni un centímetro de asfalto, y la bicicleta es el más moderno medio de locomoción, es todo como siempre fue y aparentemente continuará así los próximos 100 años.

Haneke no sería Haneke, sino incluyera lo maligno en este idilio fracturado. El doctor del pueblo sufre una importante herida al caerse de un caballo, causado por un alambre tirante sujeto entre los árboles, haciendo que el caballo cayera. No es el único acontecimiento misterioso, una obrera muere al trabajar con una sierra, una cosecha es destruida, un joven con discapacidad mental es cruelmente torturado.

El mal tiene lugar en Cannes. En “AntiChrist” de Lars von Trier (tres días y seis películas de la competición después, aún es el tema de todas las discusiones) posee una dimensión psicoanalítica e histórica, en la película sobre Ivan El Terrible: “Tsar” de Pavel Lungin va en aumento a partir de la fe supersticiosa, en “Kinatay” de Brillante Mendoza se entreteje del hastío moralista de la mega-ciudad y en "Drag me to Hell" de Sam Raimi existe, porque esto lo pintan en la pantalla simplemente cool, abriendo la garganta del infierno.

"Das weiße Band" es el otro caso, la repentina intrusión del mal estaba -desde “Benny’s Video” hasta “Caché”- siempre una constante en la obra de Haneke. El austriaco siempre ha evitado dar explicaciones, Las explicaciones que han tratado de dar esos dos comedidos monstruos en “Funny Games” han sido divertidas.

Haneke evita también finales con un significado. Aún hoy cuatro años después que los debates en Cannes empezaron, se escuchó diferentes teorías al respecto, de quién vienen los videos amenazadores en “Caché”. E igualmente al inicio de "Das weiße Band", el narrador dice - el profesor del pueblo - como los misteriosos sucesos de aquel entonces, incluso en retrospectiva aún comparecen.

Por el contrario Haneke sugiere a los espectadores una solución probable. Él está vez también brinda una explicación plausible para el origen a la violencia, Se declara en la obra desde la primera hasta la última escena vista en la pantalla.

En este pueblo podemos encontrar la no santa coexistencia del idilio pastoral y las estructuras represivas. El amable doctor (Rainer Bock) que salva de la muerte por enfriamiento a unos pequeños niños, pero trata a su ama de llaves en una forma despreciable.

El respetado hacendado (Ulrich Tukur), que celebra la fiesta de la cosecha sin escatimar en gastos y se beneficia de su posición desconsideradamente. El devoto pastor (Burghart Klaußner) que se preocupa por sus ovejitas, y también propina castigos sin medida a su joven hijo, en las noches ata las manos al costado de la cama, la hija debe llevar una cinta blanca en el cabello, como recordatorio de la virtud, lo blanco, senda de la cual se desviaron.

Ahora es el pensamiento sumiso a la autoridad como una explicación para la Primera (y Segunda) Guerra Mundial muy lejos de ser novedoso, desde el “tema” hasta “en el occidente no hay nada nuevo"; no obstante difícilmente nunca lo hemos visto así analizadas en las más pequeñas unidades del pueblo y de la familia-comunidad. La película está ausente sin embargo de la fuerza hipnótica del mejor Haneke, sin embargo, el estilo del filme por limitado en su conjunto, parece mejor funcionar mejor como un gran tableaux.

Leer crítica en su versión original

AUTOR: Hanns-Georg Rodek
FUENTE: Die Welt
FOTO: Les Films du Losange
TRADUCCIÓN: Ruth Patricia Ramos
EDICIÓN: Emanuel Ramos

lunes, 25 de mayo de 2009

FESTIVAL DE CANNES 2009

CRÓNICA FINAL DE ESTE FESTIVAL CANNOIS DEL ESPAÑOL CARLOS BOYERO
Palma de Oro a la lucidez de Haneke

La presidenta del jurado de la sección oficial era Isabelle Huppert, esa enorme e inquietante actriz especializada en personajes turbios. El director Michael Haneke le ofreció en La pianista uno de los más memorables de su brillante carrera y ella correspondió al regalo bordando a aquella atormentada masoquista. La química era torrencial entre los torturados universos del creador y su actriz. Consecuentemente, lo más lógico es que la Huppert se sintiera predispuesta y fascinada por la película de Haneke Das weisse Band y que tratara de influir para que ésta se llevara la codiciada Palma de Oro. En cualquier caso, la mayoría de los espectadores que hemos asistido a esta nada exuberante edición de Cannes teníamos bastante claro que Das weisse Band era lo más perturbador, profundo y magnético que habíamos presenciado aquí.

Haneke disecciona los orígenes del nazismo haciendo el retrato de las tensiones, la violencia subterránea, las disimuladas taras, la podredumbre moral que habita en un pueblo de la Alemania del norte en los años anteriores a la primera guerra mundial. Se centra obsesivamente en el mundo de los niños, educados en el autoritarismo, la hipocresía de las normas de conducta, el castigo implacable y el miedo. Muestra con la acerada frialdad que caracteriza su cine las relaciones de poder que establecen los adultos, regidas por la corrupción, y la ocultación de las miserias y su influencia en los críos, que utilizan como espejo ese modelo para juegos perversos en los que está abierta la veda para machacar a los débiles, en los que la fuerza justifica todo tipo de ignominias. Haneke construye con densidad emocional y una atmósfera desasosegante un microcosmos del horror, cuyas consecuencias se dan pavorosamente evidentes cuando esos niños se hagan mayores y encuentren el refugio de una ideología en la que volcar sus frustraciones, su ira y sus viejos fantasmas. Lo que observamos, escuchamos e intuimos en Das wisse Band te impresiona, te revuelve y se agiganta al recordarla.

El gran premio del jurado a la película de Jacques Audiard Un profeta supone el reconocimiento al cine narrativo y de suspense, al que te mantiene en vilo en el espacio claustrofóbico y asfixiante de una cárcel, regida por los mismos mecanismos del mundo exterior, o sea, por la eterna lucha de clases. Audiard dispone de un guión complejo al que dota de imágenes con fuerza. Está muy lograda la descripción del aprendizaje para sobrevivir en esa jungla humana de un chaval árabe, analfabeto y vulnerable, que se pone al servicio de la mafia corsa, el tributo de humillación y de degradación que tendrá que pagar, la dolorosa recuperación de sus señas de identidad.

Se supone que la película de Tarantino Malditos bastardos la protagoniza Brad Pitt, pero cuando ésta alcanza auténtico atractivo y gracia es cada vez que aparece un sibilino coronel de la SS con la misión de cazar judíos. Ese inolvidable villano está maravillosamente interpretado por Cirstoph Waltz. Es muy positivo que hayan concedido el galardón a un actor que aparentemente ejerce de secundario, que roba el plano a la estrella y al que estás deseando ver y oír. Charlotte Gainsbourg se mete en la piel y en el desquiciado cerebro de una mujer poseída por el diablo en la ridícula provocación y el exceso gratuito que pretende el genialoide Lars von Trier en Anticristo. Es el tipo de papel histriónico que siempre entra en la quiniela de los premios. Y ella se presta encantada a hacer todas las barbaridades que le exige el demente director. Su recital de griterío, gestos enloquecidos, sadismo y automutilación, más el meritorio esfuerzo de andar desnuda por un bosque, se ha visto recompensado por el jurado. Que le aproveche.

En el terreno de los disparates está el premio al mejor director al filipino Brillante Mendoza, cuya mayor audacia consiste en oscurecer la pantalla hasta el extremo de que los espectadores sólo podemos intuir lo que está ocurriendo. Kinatay dedica dos horas interminables al rapto, tortura y despedazamiento de una puta que llevan a cabo los chulos, a los que acompaña un estupefacto y aterrado aspirante a policía. Poseer certificado de rarito y de exótico, utilizar un lenguaje experimental para contar algo de forma ininteligible, ayuda mucho en el palmarés de los festivales.

Tampoco entiendo los criterios de calidad en los que se basa el premio al mejor guión a la china Spring fever, retrato caótico de la pasión erótica entre un señor casado y un chico muy moderno de Nankin. Tal vez lo hayan hecho para reconocer la valentía del director Lou Ye por algo tan transgresor en el cine chino como mostrar a dos hombres haciendo todo el rato malabarismos sexuales, pero de ahí a pensar que es un relato bien urdido supone un injustificable anacronismo. Igualmente sigo sin pillarle el punto artístico al cura coreano que se transforma en vampiro en Thirst, dirigida por Park Chan-Wook, alguien tan imaginativo en los planteamientos como tosco en los desarrollos. Mi incomunicación con el cine oriental, con algunas gloriosas excepciones, es tan ancestral como lamentable. Nunca acabo de comprender lo que pretenden contarme. La culpa es de mi embrutecida sensibilidad occidental.

Ha sido un certamen grisáceo y decepcionante, aunque abundaran los directores con pedigrí. Algo preocupante ya que Cannes puede elegir lo más exquisito del mercado. No han aparecido esas películas que dejan con la boca abierta al personal, algo que hace casi siempre memorable al rey de los festivales. Si esto es lo mejor que puede exhibir el cine actual, habrá que pensar que ha pillado la gripe. Ojalá que se recupere pronto.

AUTOR: Carlos Boyero
FUENTE: El País
FOTO: Reuters

FESTIVAL DE CANNES 2009

El CRÍTICO DE CINE ARGENTINO DIEGO BATTLE, DESDE LA CROISETTE HACE UN RECUENTO FINAL DE LO QUE FUE CANNES 2009
Los apuntes personales a modo de balance y el top 30 del festival

The White Ribbon, regreso al cine alemán de Michael Haneke, con el retrato de una comunidad protestante poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, se quedó con la Palma de Oro de la 62ª edición del principal festival del mundo. Aquí van 20 impresiones personales que dejó la cobertura y las 30 películas que valieron la pena en estos 12 días de buen cine, negocios, glamour y reencuentro con amigos de todo el mundo.
20 apuntes para un balance

1. Con 43 películas vistas sobre un total de 80 entre las secciones oficiales y la Quincena de Realizadores (no cuento la Semana de la Critica, cuya influencia suele ser poca) el balance, además de obviamente subjetivo, es muy parcial. Vi las 20 de competencia, 5 de las funciones especiales fuera de concurso, 9 de las 20 de Un Certain Régard y sólo 9 de las 24 de la Quincena de Realizadores.
2. Hecha la aclaración, considero que el nivel artístico general de este año fue entre bueno y muy bueno (siguiendo con las calificaciones que tanto incomodan o enojan a varios lectores, le pondría un puntaje promedio general de 7,5).
3. Sin entrar en contradicción con el punto anterior, creo que hubo pocas sorpresas. Me perdí varias de la Quincena (incluída la que para muchos fue la “sensación” de este año J’ai tué ma mère, del canadiense Xavier Dolan), pero hubo pocas de esas películas de directores desconocidos que todos recomiendan con entusiasmo en los pasillos, filas y cafés.
4. En cambio, muchos directores que ya habían pasado por Cannes ratificaron por qué están entre la élite de la cinefilia internacional.
5. Me sorprendió una vez más (ya van tres o cuatro años seguidos) el gran nivel de Un Certain Régard: ninguna de las 9 películas que vi me disgustó y las dos mejores (Porumboiu y Raya Martin) se vieron allí.
6. La Quincena apostó –y no le fue mal- por cuatro grandes ejes: la nouvelle vague de Québec (tres películas), las comedias indies norteamericanas (tres títulos), los consagrados (Hong Sang-soo, Pedro Costa, Luc Moullet) y, claro, el habitual mix entre novatos y veteranos franceses.
7. La selección oficial se jugó mucho por los géneros (terror, comedias, acción, thrillers) y, en ese sentido, se pudieron ver buenos films de Jacques Audiard, Quentin Tarantino, Sam Raimi, Park Chan-wook, Brillante Mendoza, etc.
8. La competencia principal tuvo tres elecciones vergonzosas (Gaspar Noé, Lars Von Trier e Isabel Coixet) y al menos otros films menores (Lu Ye, Ang Lee y Ken Loach). De todas maneras, el saldo no es malo, aunque faltó un poco más de riesgo.
9. El cine rumano, a pesar de haber sido relegado a Un Certain Régard, volvió a lucirse con Porumboiu y con el film colectivo liderado por Mungiu.
10. Muchos hablaron de una mala performance del cine coreano, pero a mí las películas de Park Chan-wook, Hong Sang-soo y Bong Joon-ho, sin ser las mejores de sus respectivas carreras, me gustaron mucho.
11. Si Rumania, Filipinas o Corea ratificaron su estatus de cinematografías de moda, la Argentina -que había sido una vedette en 2008- retrocedió este año por lo menos un par de casilleros. Preocupante y, esperemos, transitorio.
12. Si bien Colombia, Uruguay, Chile, Brasil y México sí tuvieron largometrajes en varias secciones, no fue un buen año para el cine latinoamericano. Más allá de algunas buenas críticas, no hubo “ruido” ni premios para las representantes de la región.
13. Aunque no es de lo mejor de Pixar, la apertura con Up en digital 3D me pareció un hallazgo (no se olviden que aquí inauguraron engendros como El Código Da Vinci, Fanfan La Tulipe o Ceguera). Además, los productores nos invitaron a la fiesta de apertura (lo que no suele ocurrir con periodistas tercermundistas).
14. Tokio es una hermosa y “cinematográfica” ciudad, pero Coixet y Noé se encargaron de “afearla” hasta casi ridiculizarla. Algo similar ocurrió con la Buenos Aires de Tetro.
15. Llamó la atención la creciente globalización de la industria francesa. Algunos ejemplos: produjo a Johnnie To y a Tsai Ming-liang con protagonistas franceses, pero también Raya Martin y las comedias indies estadounidenses que programó la Quincena tuvieron financiación mayoritaria por parte de los franceses. De todas formas, los directores estrictamente franceses también regalaron en general muy buenas películas.
16. La Quincena tuvo a Francis Ford Coppola y a Jim Carrey en su sótano. Un par de gustos que se dio Olivier Père en su despedida como programador de la sección.
17. Hubo bastante menos gente en el festival y en especial en el mercado (las distintas fuentes hablan de entre un 4 y un 15 por ciento menos, yo adscribo más a la segunda). Hubo menos profesionales de Estados Unidos y Asia, los negocios decayeron, pero la ciudad estuvo mucho más “vivible”. Había lugar en todas las funciones (salvo en las de Tarantino), en todos los bares, restaurantes y hasta en algunos hoteles.
18. Me pareció bastante pobre la cobertura que este año hizo el diario Le Monde, que en general le dedicó apenas dos páginas al festival, mientras que Libération se consolidó como “el” diario de referencia. A pesar de la profunda crisis financiera que atraviesa el matutino de izquierda, le dedicó un promedio de 7 páginas sobre las escasas 40 de que dispone cada día (más que a las secciones de política nacional e internacional).
19. Mis felicitaciones a Roger Alan Koza (alias “el hombre que nunca duerme”) por la cobertura en su blog "Con los ojos abiertos" y a Diego Lerer (se lo extrañó) por su titánico seguimiento de los puntajes que le enviamos varios colegas en "Micropsia".
20. Un agradecimiento final al festival por invitarme a un hotel tan hermoso y bien ubicado como el Cavendish, fue una gran comodidad y, lo sé, también un enorme privilegio.

El top 30 pesonal del festival
1- INTERMEDIAR POLICE, ADJECTIVE (Rumania), de Corneliu Porumboiu (Un Certain Régard)
2- INDEPENDENCIA (Filipinas), de Raya Martin (Un Certain Régard)
3- UN PROPHÈTE (Francia), de Jacques Audiard (Competencia oficial)
4- YUKI & NINA (Francia-Japón), de Nobuhiro Suwa e Hippolyte Girardot (Quincena de Realizadores)
5- JAL ALJIDO MOTHAMYEONSEO LIKE YOU KNOW IT ALL (República de Corea), de Hong Sang-Soo (Quincena de Realizadores)
6- NE CHANGE RIEN (Francia-Portugal), de Pedro Costa (Quincena de Realizadores)
7- DAS WEIßE BAND THE WHITE RIBBON (Alemania-Austria), de Michael Haneke (Competencia oficial)
8- UP (Estados Unidos), de Pete Docter (Funciones especiales)
9- LA PIVELLINA (Italia), de Tizza Covi & Rainer Frimmel (Quincena de Realizadores)
10- GO GET SOME ROSEMARY (Estados Unidos-Francia), de Josh y Benny Safdie (Quincena de Realizadores)
11- VENGEANCE (Hong Kong-Francia), de Johnnie To (Competencia oficial)
12- MOTHER (Corea), de Bong Joon-Ho (Un Certain Régard)
13- VINCERE (Italia), de Marco Bellocchio (Competencia oficial)
14- NANG MAI NYMPH (Tailandia), de Pen-Ek Ratanaruang (Un Certain Régard)
15- LA TERRE DE LA FOLIE (Francia), de Luc Moullet (Quincena de Realizadores)
16- TALES FROM THE GOLDEN AGE (Rumania), de Cristian Mungiu, Hanno Höfer, Razvan Marculescu, Constantin Popescu e Ioana Uricaru (Un Certain Régard)
17- BAK-JWI THIRST (República de Corea), de Park Chan-Wook (Competencia oficial)
18- INGLOURIOUS BASTERDS (Estados Unidos), de Quentin Tarantino (Competencia oficial)
19- DRAG ME TO HELL (Estados Unidos), de Sam Raimi (Funciones especiales)
20- LES HERBES FOLLES (Francia), de Alain Resnais (Competencia oficial)
21- LE PÈRE DE MES ENFANTS (Francia), de Mia Hansen-Love (Un Certain Régard)
22- I LOVE YOU PHILLIP MORRIS (Estados Unidos-Francia), de Glenn Ficarra & John Requa (Quincena de Realizadores)
23- LOS ABRAZOS ROTOS (España), de Pedro Almodóvar (Competencia oficial)
24- A L’ORIGINE (Francia), de Xavier Giannoli (Competencia oficial)
25- VISAGE (Francia-Taiwan), de Tsai Ming-Liang (Competencia oficial)
26- KÛKI NINGYÔ AIR DOLL (Japón), de Kore-eda Hirokazu (Un Certain Régard)
27- IRÈNE (Francia), de Alain Cavalier (Un Certain Régard)
28- FISH TANK (Gran Bretaña), de Andrea Arnold (Competencia oficial)
29- KINATAY (Filipinas), de Brillante Mendoza (Competencia oficial)
30- THE TIME THAT REMAINS (Palestina-Israel), de Elia Suleiman (Competencia oficial)

domingo, 24 de mayo de 2009

FESTIVAL DE CANNES 2009

“DAS WEIßE BAND”: VIOLENCIA Y BUCLES RUBIOS EN LA ALEMANIA PURITANA
Es en un blanco y negro espléndido que se desarrolla esta película impresionante e implacable

Un pueblo de Alemania del Norte protestante, a víspera de la Primera Guerra Mundial. Ahí se sobrevendrán extraños acontecimientos, a propósito de los cuales “muchas cuestiones se quedan sin respuesta”, nos dice el narrador, un ex maestro de escuela que se ha vuelto viejo. No es necesario contar con el cineasta (y autor de la guión original) para disipar estos enigmas. Los epílogos en descifrado pedagógico a la Hercule Poirot no tienen derecho de ciudadanía en las películas de Michael Haneke, que lo conduce hacia que el espectador haga su propia lectura, sin que ninguna interpretación se le dicte.

El médico del pueblo en un bonito día es víctima de un accidente de caballo, una caída provocada por un hilo invisible tendido entre dos arbustos, que desaparece también misteriosamente como apareció. ¿Quién colocó este hilo, quién lo retiró? Este incidente va seguido de varios otros, tanto más traumatizantes cuanto más inexplicables. La muerte brutal de una campesina, saqueo de un huerto, secuestro de un joven minusválido… Perjuicios de los cuales los culpables siguen siendo desconocidos.

La historia de un hombre filmado a sus espaldas, “Caché” (2005), la película precedente de Haneke, no revelaba nunca quien las entregaba con sus manipulaciones en la imagen, quien enviaba al héroe los vídeos que probaban que él era espiado y que lo relacionaba a su infancia. Aquí donde es cuestión, como en “Le Temps du loup” (2003), de una civilización en naufragio, el o los autores de estos gestos criminales no serán jamás distinguidos.

Cada uno se hará su pequeña idea, y Haneke destila al menos un indicio determinante. Una escena donde un colibrí es extirpado delicadamente de su jaula de apartamento y salvajemente muerta a tijerazos. La película es una cuestión de atmósfera (pesada), relaciones sociales (tensas), de educación (rígida), de instituciones (controvertidas). ¿La cinta blanca? Es un símbolo de penitencia, la sanción pública y el emblema de una prueba de redención que inflige el pastor protestante a dos de sus hijos, los mayores, después de haberles asestado golpes de vara. Por el ejemplo, Klara y su hermano deben llevar esta cinta blanca, símbolo de pureza, ella en su cabello y él a su brazo.

Dormir atados
Estamos aquí en el centro del tema. En este campo donde nadie puede ignorar quien posee el poder, donde nadie debe transgredir las prohibiciones, el cielo parece pesar toneladas, incluso en verano. Las temporadas pasan, las cosechas suceden a los días de nieve, las costumbres permanecen, condenando al regidor y a los campesinos a dedicarse a el señor, los hijos del pastor protestante deben dormir atados en su cama para no sucumbir a las tentaciones vituperables, la comadrona que debe sufrir los caprichos sexuales de su vecino viudo, el médico, y de hacerse absolver brutalmente con humillantes injurias (“Tú eres fea, descuidada, la piel flácida, el aliento fétido…”).

“Das weiße Band” es la evocación de las sevicias que una sociedad de adultos, notables, puritanos, rigurosos, inflige a sus mujeres, sus niños, sus administrados. Es el inventario de los caprichos y castigos perpetrados por maniáticos de la autoridad, maniáticos del orden, de la censura. Llegando hasta la violación y al inceste (el médico despide a la comadrona para emprenderla con su propia hija), estos abusos generan odio de sí mismo y rituales punitivos: he aquí la explicación de los acontecimientos que perturban el pueblo. Se trata de “castigar los errores de los padres sobre los hijos”.

¿Pero aún? No se dirá más. Si no que Haneke, quien termina su película con el asesinato del archiduque Franz Ferdinand en Sarajevo y la declaración de guerra, denuncia a las sociedades represivas, las que cultivan brutalidades, hostilidades, celos, amenazas y venganzas perversas, como generadoras de fascismos y totalitarismos. Ejemplo de este terror que reina sobre las poblaciones: el profesor lleva a su novia de paseo sobre una carreta y abandona el camino, se envuelve sobre una sendero con el fin de encontrar un claro para un picnic; los dos enamorados acaban de intercambiar un beso, pero, a pesar de su deseo, la hermosa Eva está tan deseosa de ver la evasión de virar hasta las cosas prohibidas que exige una vuelta sobre la vía oficial. El instante se congela.

Es en un blanco y negro espléndido que se desarrolla esta película impresionante e implacable. Se lo sitúa en alguna parte en la línea del “The Damned” de Losey, o “The Night of the Hunter” de Laughton, debido a la figura maléfica del predicador. De un Clouzot. De un Bergman natural, tanto alisan la obsesión del pecado y una sexualidad mortífera. Pero “Das weiße Band” asesta una entonación particular, con sus verdugos de ojos azules y pelambreras rubias.

Película austríaca de Michael Haneke con Acanalar Bock, Susanne Lothar, Christian Friedel, Leonie Benesch, Ulrich Tukur, Ursina Lardi, Burghart Klaussner (144 minutos).
Estreno en cines el 21 de octubre de 2009.

Leer crítica en su versión original

AUTOR: Jean-Luc Douin
FUENTE: Le Monde
FOTO: Les Films du Losange
TRADUCCIÓN: Emanuel Ramos

FESTIVAL DE CANNES 2009

LOS PREMIOS
El Jurado oficial del 62e Festival de Cannes, presidido por Isabelle Huppert, reveló su Palmarés en la Ceremonia de clausura del 24 de mayo.

LARGOMETRAJES EN COMPETICIÓN

Palma de Oro
DAS WEISSE BAND
(LA CINTA BLANCA)
realizado por Michael Haneke

Gran Premio
UN PROPHÈTE ralizado por Jacques Audiard

Premio especial por su carrera en conjunto y su contribución excepcional a la historia del cine
Alain Resnais

Premio a la puesta en escena
KINATAY
realizado por Brillante Mendoza

Premio del Jurado
FISH TANK realizado por Andrea Arnold
BAK-JWI (THIRST, ESTA ES MI SANGRE…) realizado por Park Chan-Wook

Premio a la interpretación masculina
Cristóbal Waltz en INGLOURIOUS BASTERDS realizado por Quentin Tarantino

Premio a la interpretación femenina
Charlotte Gainsbourg
en ANTICHRIST realizado por Lars von Trier

Premio al guión
Mei Feng
por CHUN FENG CHEN ZUI DE YE WAN (SPRING FEVER) realizado por Lou Ye

El Premio Vulcain al Artista-Técnico
Aitor Berenguer, mezclador de sonido de la película MAP OF THE SOUNDS OF TOKYO realizado por Isabel Coixet

FUENTE: Festival de Cannes
FOTO: François Guillot - AFP

FESTIVAL DE CANNES 2039

“ENTER THE VOID” y “MAP OF THE SOUNDS OF TOKYO”: TOKIO, TIERRA DE NAUFRAGIO DE CINEASTAS EUROPEOS
Ambas comparten el cliché del exotismo sexual y los letreros parpadeantes


Si fuera necesario juzgar por este día de Cannes del viernes 22 de mayo con el rasero de las dos películas en competición presentadas a la prensa, todo llevaría a creer que los seleccionadores, a manera de broma dudosa, habían decidido acabar este maratón fílmico con una sesión de tortura oriental. Del Extremo Oriente igualmente, puesto que tanto la película francesa de Gaspar Noé como la película española de Isabelle Coixet se desarrollan en Tokio.

En “Enter the Void”, el autor de la sulfurosa “Irreversible” (2002) no contradice su reputación. Su nueva película, largo de 2 horas y media, cuenta, si se le vuelve a poner en orden, una historia bastante simple: un hermano y una hermana, originarios de un país anglosajón y separados en su juventud por la muerte de sus padres, se encuentran en Tokio. El primero es un jovencísimo distribuidor de droga quien muere rápidamente en los servicios higiénicos de un bar. La segundo una muchacha frágil que hace de strip-teasera en un club tokiota.

“Enter the Void” quiere ser un largo viaje alucinador, similar a aquél que se prueba bajo la influencia de una sustancia ilícita, al mismo tiempo que una historia vagamente budista, evocada desde el punto de vista de un muerto en búsqueda de metempsicosis. El resultado, técnicamente impresionante, no sigue siendo menos doloroso. Noé mezcla una virtuosidad formal tan fastidiosa como ostentatoria (desenfoques, parpadeos, contrapicados, cámara subjetiva psicodélica…) con un propósito reducido a una letanía de provocaciones gratuitas (evocación incestuosa, embrión ensangrentado, representación del acto sexual desde el punto de vista de la vagina…). Y sin duda se pasaría por alto este deseo prepúber, si la película diera un instante la impresión de creer en sus personajes o de querer agradar en sus espectadores otra cosa que el gusto del detalle escabroso y la regresión pulsional.

Al menos Noé habrá intentado algo. No es el mismo caso de "Map of the Sounds of Tokyo", que comparte con “Enter the Void” el cliché del exotismo sexual y los letreros parpadeantes. Será necesario mucha abnegación para interesarse por esta historia insignificante, que distingue una asesina a sueldo japonesa se enamora de su víctima, un comerciante de vinos (Sergi López), todo ello narrado por un técnico de sonido que no tiene mucho que ver en el asunto. Con estas dos películas que han caído hondo, he aquí una nueva prueba del pozo sin fondo cultural que nos separa del imperio del Sol-Naciente.

“Enter the Void”. Película franco-germana-italiana de Gaspar Noé con Nathaniel Brown, Paz de la Huerta. (150 minutos)
“Map of the Sounds of Tokio”. Película española de Isabelle Coixet con Sergi Lopez, Rinko Kikuchi. (109 minutos)

Leer crítica en su versión original

AUTOR: Jacques Mandelbaum
FUENTE: Le Monde
TRADUCCIÓN: Emanuel Ramos